Recientemente
recibí una denuncia que hacía referencia a los sectores de La Otra Banda y
Bella Vista, como puntos claves donde se realiza o planea dicha actividad
ilícita.
Según
el anónimo, las edades de las niñas que participan en este comercio ilegal,
oscilan entre los 10 a 15 años de edad, aunque en algunos casos, pueden ser más
jóvenes.
Los
servicios sexuales de las menores de edad, comúnmente son demandados por
hombres mayores de 30 años, quienes negocian directamente con la proveedora o
mediante un intermediario. Estos intermediarios a veces son los progenitores de
las niñas u otros parientes cercanos. Generalmente, quienes solicitan estos servicios son hombres de
clase media, quienes aprovechan la privacidad de sus vehículos para montar a
sus presas y sostener relaciones en éstos. Otras veces se trasladan a hoteles
alejados del pueblo para mayor discreción.
La
prostitución es algo de lo que nadie que se respete, se hace partícipe. No creo
que nadie deba pagar para tener relaciones sexuales. Peor aún, es reclutar a niñas y/o niños para alimentar su perversión.
No
espero que las autoridades hagan nada, pues ya estoy acostumbrado a su
mediocridad.
Como
ya se ha puesto de moda que los ciudadanos de El Valle hagan el trabajo que se supone
que deben hacer los policías, no me sorprendería que seamos nosotros, los
civiles, los que enfrentemos directamente esta situación, mientras que los
uniformados se empeñan más por ir a recoger “las ofrendas” que les dan los “puntos”
y los bares nocturnos (de los cuales muchos también son puntos), a cambio de
ser favorecidos por la impunidad.
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