Por J.A. Pérez
Muchas personas afirman que ya no se hace buena música. Esto no es cierto, lo que pasa es que, los medios de comunicación, se han convertido en propagadores de la “música chatarra” y han ignorado a los grupos que ofrecen canciones con un contenido lirico elegante. Quizás, porque estos últimos no tienen dinero suficiente para derrocharlo en “payola” o porque sus canciones son de carácter revolucionario.
Las emisoras te agitan con canciones que no tienen ningún valor educativo, al contrario, las expresiones expuestas en las que se escuchan en la radio, son propias de la vulgaridad, la carencia de educación y respeto, entre otras cosas, con la cuales como universitario y escritor, no me siento identificado.
El dembow, reggaetón y el merengue urbano, son sub géneros musicales cuyas canciones se desarrollan en un ambiente artificial, donde predominan elementos inherentes a la vanidad, la lujuria, el machismo, la prepotencia, entre otros. Sus composiciones acústicas, son acompañadas con expresiones como “yo tengo dinero” “tú no tienes dinero” “yo soy esto y lo otro” etc. En las mismas, se trata a la mujer como un objeto sexual, exhibiéndose a ellas, semidesnudas en el “background” de sus videos musicales. Lo más triste y vergonzoso, es que muchas mujeres disfrutan esta música, que las insulta, y puedes notar eso, al ver cómo se comportan en la pista de baile de alguna barra o discoteca, cuando escuchan una de esas canciones que las tildan de perras y prostitutas.
La mayoría de los exponentes de los sub géneros musicales mencionados anteriormente, adornan sus creaciones audio- visuales, con cosas artificiales, convirtiéndose éstas, en esenciales para su sub cultura. Cadenas exageradas, vehículos de lujos, mujeres semidesnudas, ropa al último grito de la moda, son en centro de atracción en sus videos. Estos, transmiten un mensaje a nuestros hijos, de que necesitamos todo lo que se ve en ellos para poder encajar en la sociedad y así conseguir ser aceptado por los demás, que hacen exactamente lo mismo. Pues yo me niego a ser como éstos y promuevo el individualismo con mi filosofía que se resume en: “Quiéreme por lo que soy, no por lo que parezco”. Me reúso a vivir una vida artificial, me reúso a de depender de las apariencias y de personas que solo te hablan o comparten contigo por lo que tienes, oponiéndome a todo tipo de mensaje que colabore directamente con esto.
Pero no todo está perdido. Existen personas y grupos que se dedican a la creación de buena música.
Cultura Profética. Un grupo de Roots Reggae, resultante de la inquietud de jóvenes universitarios de Puerto Rico, que en vez de dedicarse a producir canciones negativas, decidieron aprovechar su talento para aportar un granito de arena a la conservación de la buena música, el amor, y el arte. Todo esto por encima del dinero y la fama. En sus letras podemos notar el grado de educación del grupo, muy diferente a lo que se escucha comúnmente en la radio comercial.
Cultura Profética, es solo un ejemplo de música cuyo propósito principal no es vender, sino brindar al mundo, un material que alimente el alma. Sus canciones son poemas convertidos en canciones, que en su mayoría tratan sobre temas sociales y de amor. Como se supone que debe ser la música con voces. Sus integrantes son personas sencillas y educadas.
Les invito a ver y escuchar el siguiente video:
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